Recientemente se celebró en Barcelona, un acto para homenajear a los 265 compañeros y compañeras de Cataluña que han cumplido 25 y 35 años trabajando en esta entidad. Una celebración que, como tantas veces, estuvo cargada de emoción, recuerdos y orgullo.
Compañeros que explicaron su trayectoria, cómo ha cambiado todo desde su entrada en la empresa, compartiendo anécdotas, risas y ese sentimiento que durante décadas definió a «la Caixa»: pertenencia, compromiso y humanidad.
Sin embargo, lo que debía ser un homenaje sincero terminó empañado por unas desafortunadas palabras del Director General de Negocio.
Desde el escenario, y ante quienes han dedicado media vida profesional a esta empresa, afirmó que «si la entidad no hubiera cambiado, hoy no estaríamos celebrando los 25 o 35 años… y que quien no esté bien se puede marchar, las puertas están abiertas».
Fue un mensaje frío, fuera de lugar y contrario al espíritu que supuestamente se estaba reconociendo. Muchos asistentes salieron impactados.
No se puede agradecer con una mano lo que se desprecia con la otra. No se puede hablar de compromiso y al mismo tiempo, señalar la puerta a quienes han sostenido esta empresa durante décadas. No se puede celebrar la fidelidad y al mismo tiempo, dejar claro que “si no te gusta, te vas”
El “alma de la Caixa” se está perdiendo, y se está perdiendo por actitudes como esta, por una dirección que destaca por su soberbia y confunde transformación con deshumanización.
Hace años, CaixaBank era una de las empresas mejor valoradas para trabajar, por el contrario, hoy son miles los empleados y empleadas que solo piensan en cómo salir, prejubilarse o desvincularse.
Antes el orgullo de pertenencia era real. Hoy, lo es solo en los discursos corporativos.
La plantilla no necesita que le señalen la salida, necesita respeto, escucha, reconocimiento real y condiciones laborales dignas.
Los 265 compañeros no estaban ayer para que se les recordara que “las puertas están abiertas”, sino para ser agradecidos por lo que son: historia viva de CaixaBank.
Desde UGT defenderemos siempre la dignidad de esta plantilla y no vamos a normalizar que se falte al respeto a quienes han entregado una vida a la entidad.



