Hoy, Día Mundial de la Salud Mental, no hablamos de cifras. Hablamos de Personas… Sí con mayúsculas.
- De compañeras y compañeros que sufren insomnio crónico.
- De quienes llegan a casa con un nudo en el estómago, incapaces de desconectar.
- De quienes se sienten culpables por no alcanzar objetivos imposibles.
- De quienes se ven obligados a realizar jornadas interminables y a “confirmar 7 horas en el registro horario”
- De quienes lloran en silencio porque sienten que ya no pueden más.
- De familias que viven el sufrimiento de ver cómo el trabajo se lleva la alegría, el descanso y la salud de sus seres queridos.
- De personas que trabajan medicadas con ansiolíticos para poder soportar.
En CaixaBank, la presión comercial y la sobrecarga de trabajo han traspasado todas las líneas rojas.
El trabajo se ha convertido, para demasiadas personas, en una fuente constante de ansiedad, frustración y miedo.
Los objetivos se multiplican, las campañas se encadenan, los seguimientos (muchas veces con nombres y apellidos) se multiplican y el tiempo nunca alcanza.
El teléfono vibra a cualquier hora, el correo no para, los reportes son constantes… y el cuerpo dice basta…Pero el sistema sigue exigiendo más… y más… y más.
CaixaBank no quiere ver lo evidente: que detrás de los ratios, los beneficios y los dividendos, los cuadros de mando, los seguimientos, las reuniones continuas y las sonrisas forzadas HAY PERSONAS QUE SE ESTÁN ROMPIENDO.
Mientras tanto, la empresa intenta maquillar la situación con “píldoras mágicas” de bienestar emocional, talleres de positividad y campañas de imagen que no curan lo que realmente enferma: las condiciones de trabajo.
Lo que necesitamos no es marketing, sino prevención. No es postureo corporativo, sino compromiso real con la salud mental.
Hoy decimos ¡basta! Basta de presiones, de miedo y de silencio.
- Basta ya de prolongación de jornada sin retribuir.
- Basta de exigir objetivos a costa de la salud de las personas.
- Basta de mirar hacia otro lado mientras la plantilla enferma.
- Basta de tratar a la personas como números en un excel.
Desde UGT exigimos medidas reales ya, porque la salud mental y el bienestar emocional no se negocian.