Ayer se celebró la Convención de Directivos de CaixaBank, en la que se compartieron las líneas de futuro que recoge el Plan Estratégico 2022-2024, y entre ellas se abordó el sentimiento de pertenencia y los sentimientos negativos en el trabajo.
En este sentido la Dirección escenificó una intencionalidad de cambiar el rumbo, poniendo el foco en el bienestar de la plantilla, y dando participación a los empleados.
Este tema tan “escabroso” para la Dirección se trató en una mesa de diálogo en la que participaron el Director de RRHH de CaixaBank y varios empleados, estos últimos haciendo hincapié en lo que les hacía sentirse mal en el día a día.
Como en una sala de Broadway todo estaba perfectamente guionizado y buscando la complicidad de los asistentes. Los compañeros aludieron a las presiones y al IEC como la causa principal del malestar arrancando los aplausos del graderío.
Los presentes nos preguntamos ¿Será este el inicio de un cambio en las políticas de CaixaBank? ¿La Entidad realmente escucha a la plantilla? ¿O lo hacen para normalizar la situación o quitarle importancia, y NO para acabar con las presiones?
La respuesta de la Dirección fue: “que si aspiran a tener una gestión meritocrática y de talento en la Entidad, que si van a hacer itinerarios de desarrollo individual, que si tienen que invertir más tiempo los directivos en el desarrollo de equipo…. Pero del quid de la cuestión,de lo que se han quejado los empleados, las presiones y el IEC no han dicho absolutamente nada.
Ojalá esta escenificación que se hizo ayer de un cambio de rumbo por parte de la dirección sea real, y no que quede solo en palabras y buenas intenciones. Sin duda, los primeros en celebrarlo seríamos la plantilla, pero de momento esto no se ha traducido en la práctica.
La plantilla llevamos años exigiendo, incluso convocando movilizaciones, que se reduzca la presión comercial y las cargas de trabajo que padecemos. Desde UGT instamos a la Dirección a que ponga el foco en las acciones y no en las palabras para que ese cambio sea real, visualizándose en los retos y en la presión comercial.
Exigimos acciones reales, concretas y justas. Y que quede claro, si la Dirección sigue con oídos sordos, no dudaremos en alzar nuestra voz más fuerte y tomar medidas más contundentes para que se nos escuche. No vamos a dejar de luchar hasta que nuestra dignidad y bienestar sean más que palabras en un discurso corporativo.
¡SEÑORES Y SEÑORAS DE LA DIRECCIÓN ES HORA DE PASAR DE LAS PALABRAS A LOS HECHOS!
